En esta fase los comportamientos o conductas de hostigamiento hacia la víctima se instauran de forma permanente y con la duración requerida. Las razones que fueron la causa primera de este proceso se desvanecen hasta hacerse irreconocibles y el proceso en sí adquiere su propia dinámica de hostigamiento.
La víctima no comprende la razón de esta situación; en algunos casos evita o niega la realidad, en otros se autoinculpa, y en otros se quiere revelar contra esta situación injusta.
Este proceso provoca un aislamiento de la víctima, una disminución de su autoestima y van apareciendo los primeros síntomas de estrés.
(Mundo Obrero)
sábado, 31 de mayo de 2008
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